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Amaranto: alimento de astronautas que se puede sembrar en Girón




MARCO A. RODRÍGUEZ P.


Todo comenzó con la quinua, el alimento de los incas que solo echa raíces en clima fríos. Pero en esa búsqueda hubo un cambio de 180 grados, cuando por Señal Colombia, el canal estatal, una campesina comentaba que ella comía arroz con unas pepitas y que durante todo el día ella no le daba hambre y se mantenía bien nutrida.

Para Harrinson Ariza, un efusivo muchacho de 23 años, la proyec
ción de ese alimento sería su proyecto de grado para la carrera Administración de Empresas que adelanta en la Fundación Tecnológica Fitec.

De ahí en adelante, comenzó una búsqueda infernal que llevó muchas horas conectado al ciberespacio realizando contactos con mexicanos, chilenos y bolivianos.

Cuando reveló de manera oficial la propuesta, causó risas y burlas e incluso, descalificación de los catedráticos evaluadores que llegaron a estimar que “ese tipo de proyectos eran lo que no se debían presentar”.

En asocio con Germán Darío Carrasquilla (tecnología en Comercio Exterior) y Carlos Manuel González (tecnología de alimentos), decidieron seguir adelante, convencidos de que están frente a una planta que produce uno de los alimentos maravillosos de la tierra, al punto, que es parte del “menú” de los astronautas en sus viajes espaciales.


Planta bendita


Se trata del Amaranto, conocido científicamente como Amaranthus spp, una planta originaria de las zonas cálidas de Bolivia que contiene unas semillas llenas de proteína digerible fácilmente, fibra y una gran cantidad de minerales y aminoácidos. Es dulce con sabor a nuez, lo que la hace muy palatable.

“En la literatura se dice que la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos lo seleccionó como uno de los 36 cultivos más promisorios del mundo y es catalogado como el alimento de origen vegetal más completo para consumo humano sobre el planeta”, agregó.

Para Harrinson Ariza, es un cultivo maravilla que se puede “plantar en las tierras de Girón y tras su desarrollo llegaría a convertirse en una propuesta para afrontar la pobreza y la desnutrición que es bien alta en Santander”.

Ariza estima que es tan bondadoso que muchas personas pueden plantar hasta en el jardín de la casa.

“Buscamos apoyo para su desarrollo comercial y necesitamos asesoría agronómica, para poder adentrarnos en las tres grandes etapas que tenemos proyectadas: alimento de alta calidad para autoconsumo, procesamiento de granos y harinas y finalmente, transformación para buscar productos a base de amaranto”, aseveró.


Bondades


La iniciativa puede sonar como locura, pero ahí radica su gran fortaleza, pues de primerazo es difícil creer que esas minúsculas pepillas (tan grandes como la cabeza de alfiler) contengan un aminoácido esencial en cantidades tan altas y de igual propiedad que la lisina en la leche.

Y como si fuera poco, sus hojas se consumen del mismo modo que las espinacas, sin envidiarle ninguna de sus propiedades.

Como dice ese muchacho, es una planta bendita que no necesita de suelos formidables, ni de ambientes especiales.

Es decir, hay que abrirle las puertas al amaranto, una idea loca que puede calmar el hambre.

El proyecto

El proyecto del amaranto en Santander ha tenido ires y venires, pero ya existen unas plantas sembradas en Barro Blanco, en Piedecuesta.

La primera literatura les llegó por correo de México (trabajos en la Universidad Unam y Chapingo), al igual que los primeros productos comestibles con amaranto, como por ejemplo, caramelos campechanos, alegrías, reventados y en fusión con chocolate.

Las semillas se las ayudó a conseguir un amigo que a su vez tenía un conocido que realizaba un viaje por Suramérica. Las pepitas llegaron, pesando media libra, de Bolivia.

Hay vecinos de Girón que han sembrado una que otra mata, las cuales, incluso, varias han sido alimento de las gallinas.

Propiedades

En Colombia es poca la literatura técnica sobre el amaranthus. La única existente es una publicación del Convenio Andrés Bellos. Titulada “Coime o Amaranto”, escrita por los investigadores Jorge Luis Tejerina Oller y René Arenas Martínez.

En ese texto técnico se habla de su importancia nutricional, entre lo que se destaca:

* Posee un balance casi perfecto de aminoácidos en comparación con los demás cereales.

* Su proteína se asemeja a la contenida en la leche y superior a la de la avena y el maíz, el alimento de medio planeta.

* Los granos son de fácil digestión, por lo que el ser humano gasta menos energía en asimilarlos.

* Una pepa de amaranto es proteína y energía, siendo 15.18% para la primera y 84.82% para la segunda. Esa composición es la relación óptima.

* El amaranto tiene 15% de proteína, 7.2% de grasa cruda, 6.7% de fibra, 2.5% de ceniza, 65.4% de carbohidratos y 377 calorías.

Múltiples maneras

El amaranto se puede consumir en múltiples formas. Todo depende del ingenio del consumidor.

Por ejemplo, las pepitas se pueden volver harinas y de ahí, inician las coladas, sopas, jugos, panderos, bizcochos y panes, entre muchos más usos.

Las pepitas se pueden consumir con arroz, guisos o aderezos.

Las hojas al tener igual uso que las espinacas, pueden convertirse en coladas, guisos o frescas en ensaladas.

Por ejemplo en Bolivia, donde es alto su consumo, se utiliza para turrones, saborizadas, bocadillos, panqueques, dulces, pan, refresco, con conejo, sopas, guisos, galletas y mazamorras.

Medicinalmente tiene su espacio ganado, pues se utiliza como astringente, tratamiento para los bronquios, tuberculosis y problemas pulmonares.

¡¡¡ VETE ESCUCHANDO !!!

A Jorge Lavat - Desiderata






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